jueves, 21 de marzo de 2013

MI CONFRONTACION CON LA DOCENCIA


Mi confrontación con la docencia

Cuando un profesionista se inicia en este campo, ¿Quién puede imaginarse siquiera la magnitud de la aventura en la que se está arriesgando?, me refiero a “arriesgando” en un sentido positivo; aunque sabemos hacia dónde vamos, no nos imaginamos realmente cómo será esa nueva experiencia, sino hasta que la estamos viviendo; todos hemos pasamos por diferentes vivencias en el aula, siendo alumnos; sin embargo tomar ante ti la responsabilidad de acompañar y guiar a un grupo de jóvenes para promover en ellos los conocimientos referentes a una materia, implica hacer uso de muchos recursos y habilidades que ya se poseen y otros que hay que ir desarrollando en el transcurso de esta travesía.

Cuando me encontraba con un buen profesor, pensaba que su trabajo era realmente fascinante, pues su elocuencia y  naturalidad me daban la confianza de que la persona que tenía al frente era la ideal para ese papel. Sin embargo, al menos en mi caso no siempre fue así, tuve algunos profesores que no motivaban al grupo lo suficiente para esforzarnos cada día más.

La primera vez que tuve la oportunidad de estar frente a un grupo, fue por ayudar a una profesora, amiga mía quien se iba a ausentar unos días y ella confío en mí para que la supliera en sus clases, ahí me di cuenta de lo meritorio de esta labor, después de algún tiempo, otra amiga me ofrece sus clases en un Cecyteg, ella, por situaciones personales no podía continuar allí; en aquel entonces tenía una jornada laboral en una oficina por la mañana y por la tarde impartía clases, al hacer un balance de los 2 empleos, encontré que en la docencia me sentía más realizada y motivada de enfrentar nuevos retos todos los días, pero también valore lo gratificante de esta actividad, cuando tienes la oportunidad de ver la respuesta en la mirada de los alumnos, y te percatas que han comprendido un tema,  estos momentos en lo personal son de gran satisfacción .

Mi comienzo en la docencia, significó un giro completo en mi profesión, de interactuar solamente con una computadora durante 7 horas de jornada laboral, a mantener la atención de un grupo de 45 o 50 jóvenes, ello me obligó a desarrollar habilidades que nunca había puesto en práctica. Puedo decir que al inicio mi mayor preocupación era que el alumno demostrara haber adquirido ciertos conocimientos, y me olvidaba en muchas ocasiones, de que pudieran darse situaciones en la vida de cada alumno que en un momento dado, no les permitía concentrarse en clase, avanzar o cumplir con tareas en casa. Creo que para aquellos que tuvieron una formación de maestro, después de profundizar y analizar algunas teorías de la psicología, la sociología, la filosofía de la educación, durante su carrera, esto lo aprenden como algo básico, sin embargo para mi caso no fue tan claro, sino hasta unos años después de iniciarme en este campo.

Gracias a los compañeros con los que me ha tocado compartir en el sistema de bachillerato SABES, así como las capacitaciones en enseñanza, es que he aprendido cuán importante es  lograr cierta empatía con ellos para que se sientan en confianza y logren el aprendizaje.  Buscar de acuerdo a la dinámica del grupo las estrategias que me permitieran dar al grupo la atención que demandaba por ejemplo. Con el tiempo, me he dado  la oportunidad de reflexionar sobre, mi  actuar, acumulando un poco de experiencia, en la práctica haciendo uso de diferentes recursos  como apoyo didáctico, para no caer en el simple discurso expositivo; por otro lado a partir del modelo educativo y la enseñanza en el aprendizaje cooperativo de nuestro sistema, he buscado que los alumnos hagan más por ellos mismos y vayan construyendo su conocimiento, he introducido estrategias sobre todo en lo que se refiere a la metacognición y la interdependencia social positiva en las sesiones de clase, creo que estas dos son parte importante en la asimilación del aprendizaje en el alumno.

Ahora me doy cuenta de que un buen profesor nunca debe quedarse en una zona de confort, pues en nuestro caso cada generación de alumnos, presenta características diferentes que demandan de nuestra parte acciones acordes a sus necesidades; conocer en un principio quienes son los alumnos que conforman un grupo y sus inquietudes, será un buen punto de partida para aportarles algo de lo que ellos esperan además de lo que marca el plan de estudios.

Celia Esther Amézquita Horta

3 comentarios:

  1. Hola Celia:

    Muy interesante lo que comentas sobre esa primera impresión ferente a un grupo y cómo muchos hemos caido en la docencia por una especia de accidente por cierto muy afortunado.

    Saludos

    David

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  2. Que tal maestra Celia!
    Creo que la mayoría de nosotros ha pasado por eso, pero gracias al compañerismo dentro de nuestros planteles y nuestro esfuerzo, pudimos salir adelante.
    Saludos cordiales.
    Raúl

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  3. Hola Celia, veo que compartimos la forma de llegar por vez primera a un grupo, yo también apoye a una amiga y al igual que tú, en ese momento me decidí por la docencia.
    También coincido contigo en agradecer el apoyo de mis compañeros cuando comencé a dar clases.
    Saludos.

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